La firma de una hipoteca, o para ser más precisos, de un préstamo con garantía hipotecaria, puede ser un dolor de cabeza importante por la cantidad de información desordenada y mensajes distintos que te pueden llegar dependiendo de a quién le preguntes y qué intereses defienda. A continuación te ofrecemos 5 consejos prácticos que te ayudarán a tomar la decisión correcta antes de contratarla.
1. Primero Viabilidad y después Precio. Acude primero a tu banco habitual a informarte. Quizás no pueda ofrecerte las mejores condiciones del mercado hipotecario pero es quien te conoce como cliente y mejor podrá indicarte tus límites de financiación. Lo primero es conseguir al menos una opción viable, después intentar mejorar condiciones, pero en ese orden no al revés. No corras de banco en banco. No se te ocurra ir de banco en banco con la documentación fotocopiada, esto además de ser una labor muy estresante, no hace buen efecto ante el empleado de banca, pues da sensación de urgencia o de falta de compromiso del cliente. Antes de probar en otras entidades, busca asesoramiento especializado.
2. Los compromisos siempre por escrito. La Orden EHA/2899/2011 de 28 de octubre, de transparencia y protección del cliente de servicios bancarios legisla, en su capítulo II, las “Normas relativos a los créditos y préstamos hipotecarios” y la documentación a entregar al cliente en el proceso de la financiación. Existen tres documentos que el banco entregará a los clientes: 1º la FIPRE, o Ficha de Información Precontractual, que es un documento de condiciones generales orientativas actualizadas de acuerdo a la oferta del banco y que no requiere entrega de documentación por parte del cliente; 2º la FIPER, o Ficha de Información Personalizada, que es un documento no vinculante pero que el banco entrega una vez ya conoce las características concretas del cliente, es decir, después de las manifestaciones del cliente y de la entrega de la documentación relevante para el estudio financiero; 3ª la OFERTA VINCULANTE, que es el documento donde el banco se compromete con el cliente durante 14 días y lo pone por escrito acompañándolo a un documento FIPER actualizado. La oferta vinculante aboga por la transparencia de la entidad hacia su cliente. Las condiciones que allí se reflejan son las que después constarán en la escritura pública de la hipoteca. La oferta vinculante nunca se entrega antes de realizar la tasación del inmueble.
3. Asegúrate antes de la tasación. La tasación pretende asegurar el valor “estable” del inmueble para que después éste sirva como garantía hipotecaria. Las tasaciones son realizadas por sociedades de tasación que están supervisadas por el Banco de España, pero entre dos informes de tasación puede haber variaciones importantes, a veces de más del 20%, por tanto es preferible asegurar en lo posible el valor de tasación, para ello existen ya herramientas online y, sobre todo, existen los Agentes Inmobiliarios expertos en la zona, que son los que más experiencia y datos reales suelen acumular además de tener acceso a bases de datos como la de los registradores de la propiedad que contienen los valores de transmisión de los inmuebles de forma actualizada. Por otro lado ten en cuenta que los bancos no están obligados a aceptar sin más cualquier tasación no caducada que les presentes, tendrán que validarla. Puedes elegir tasador pero de acuerdo con ellos, así que consulta antes.
4. Las vinculaciones son muy importantes. Cuando tengas en tu mano la FIPER, empieza a echar cuentas, pide un cuadro de amortización simulado del préstamo y presupuesta lo que suponen las comisiones y los seguros que aceptes firmar. Ten en cuenta que los seguros de vida tienen unas primas ascendentes según tu edad, y crecen más rápido a partir de los 40 años, así que no te quedes con la prima del primer o primeros años y simula la evolución de la prima y su repercusión final. No te quedes en el tipo de interés sino que debes calcular bien todos los gastos que tendrás que asumir.
5. Tipo fijo, variable o mixto. La gran pregunta es qué tipo de hipoteca me conviene, la respuesta en realidad la tiene cada cliente pero antes debe analizarse a sí mismo y su circunstancia: edad, situación personal y laboral, ingresos previstos, aversión al riesgo, son factores muy influyentes en la decisión final y todos personales, así que no te dejes embaucar por nadie de fuera y piensa primero en tus circunstancias.
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