En nuevo milenio hemos hablado en ocasiones anteriores acerca del dilema de comprar o alquilar una vivienda. Ambas opciones tienen sus ventajas e inconvenientes, que iremos tratando en diferentes post. Comenzamos por el lado positivo de Alquilar una casa:
Alquilar una vivienda supone mucho menos papeleo que una compra, lo que facilita la movilidad en caso de traslado de trabajo o cambio de necesidades del inquilino. Alquilar es una forma de acceder a un tipo de vivienda que por sus características o ubicación están lejos de nuestras posibilidades económicas.
Hay zonas en el centro de las ciudades en el que es más fácil encontrar una vivienda de alquiler que en venta. Además, el colchón económico necesario para independizarse es mucho menor.
Generalmente es el arrendador el que se encarga de obras de mejora y reparación de desperfectos, lo que supone un ahorro económico y de tiempo para el inquilino. Así mismo la gestión de gastos es más cómoda ya que no hay que estar tan pendiente de imprevistos o derramas que puedan surgir.
Decidirse por una vivienda de alquiler también es más rápido ya que, si pasado un tiempo no nos convence la vivienda que hemos escogido, podemos buscar otra mejor. También es más sencillo cambiar de una vivienda pequeña a otra de mayor tamaño.
En la mayoría de ocasiones no es necesario invertir en mobiliario, pudiendo ahorrar este dinero para un futuro.
El certificado de eficiencia energética será otro punto a favor del alquiler. El inquino podrá conocer si la vivienda que pretende alquilar está bien aislada o si va a gastar más o menos en suministros.
Se pueden negociar con el propietario reformas, cambio de mobiliario o electrodomésticos, sin que supongan un gasto económico para el alquilado.
Recomendaciones a la hora de alquilar:
Antes de firmar el contrato de alquiler es necesario asegurarse de que la vivienda se encuentra en un estado de habitabilidad óptimo. Es importante preguntar todas las dudas necesarias al arrendador.
Incluir en los gastos fijos mensuales el gasto en suministros básicos como luz, agua, gas… Podemos pedir al casero que nos informe de los gastos medios que tiene una vivienda.
El diálogo es la mejor forma de conseguir una buena relación entre arrendador e inquilino. No tengas miedo de exponer tus dudas y peticiones. En los casos en los que la relación entre ambas partes es buena, el alquiler suele prolongarse durante varios años.