Va para dos años que se bajó el IVA de la vivienda de obra nueva al 4% para incentivar las ventas, lo que sin duda fue una buena medida. Pero hoy esa medida ya no es eficaz y la banca sólo la utiliza como publicidad, no sirve para dar salida al stock bancario que queda y tampoco sirve para aumentar los maltrechos ingresos de las arcas públicas. Mientras tanto el mercado de 2ª mano se deprime cada vez más, ahogado por la situación económico-laboral y el estrangulamiento del crédito, un estrangulamiento que no se da con sus viviendas, a las que dan salida financiando al 100% y no exigiendo el 30% de aportación que exigen al resto.
El IVA de la vivienda debe volver al 8% en un plazo corto, marcando un preaviso para que la banca mueva el culo, eso sí que volverá a incentivar las ventas y generará mayores ingresos de IVA (mejor que subir el general al 21% ¿no?). No es de recibo que yo tenga que pagar la electricidad de mi vivienda habitual al 18% y pague el 4% cuando me compro una 2ª vivienda nueva para rentabilizarla en alquiler. La banca no está presionada suficientemente (¿dónde está el Regulador?) para vender sus activos inmobiliarios a la velocidad que le interesa a la economía de este país (llevan tres años pajeando con su ruina).
Y en paralelo hay que ajustar el ITP en vivienda, un impuesto que se repite en cada transmisión y que está desequilibrado (automoción 4%). El ITP debe bajar ya al 4% e incluso al 2% para vivienda que tenga consideración fiscal de habitual. Esto seguro que dinamizará el sector, generando ingresos a las autonomías, evitando desahucios y contribuyendo a la reducción real del endeudamiento privado de las familias, auténtico cáncer hoy, el que atenaza el consumo y en consecuencia la economía real.