Me van a permitir que utilice este canal, que al fin y al cabo es directo y libre para hacer un poco de «lobby» a favor de la figura del mediador profesional. Y es que después de casi dos años ya de fuerte convulsión de nuestro sector inmobiliario, si algo hemos aprendido es que no todo se vende y se compra y que más que nunca hay que buscar el equilibrio entre oferta y demanda. Este punto de encuentro entre intereses quizás opuestos pero dependientes al fin y al cabo, curiosamente ha sacado a flote la relevancia de una buena mediación profesional que favorezca el acuerdo y sepa encontrar puntos de encuentro, respetando las posturas diversas. Y justo eso es lo que llevamos más de cinco años haciendo en nuestra empresa, ofrecer un valor añadido a las partes en juego, algo que trasciende mucho más allá de un cartel de se vende o de un anuncio en internet, algo mucho más allá que enseñar un piso de 3 habit con garaje, trastero y piscina.
Si alguna vez fuimos necesarios es precisamente ahora, cuando es difícil conseguir acuerdos, cuando tanto la oferta como la demanda están en cierta medida confundidas por un mercado incierto y convulso, donde todavía muchos no son conscientes de lo que ha pasado; pero en cambio se dejan influir por factores exógenos ajenos al mercado local que les interesa. Un agente inmobiliario no es excelente quizás en redactar contratos de arras o en recopilar papeles para una hipoteca, pero si somos muy buenos en lo realmente crítico: la captación, asesoramiento, negociación y gestión de la oferta y de la demanda. Nuestras carteras activas de clientes son el fruto de muchos meses de trabajo diario, de muchas sesiones informativas. Y nuestra gestión, por encima de todo, persigue canalizar todo ello de forma óptima y segura, mediando para encontrar las vías de acuerdo sin que nadie se ofenda por ese «tira y afloja» de vendedores y compradores; buscando siempre aprovechar el tiempo y conseguir el objetivo final de la compraventa sin problemas, con las mínimas molestias y al mejor precio posible.
Un buen profesional no pretende vender en tres días, pero tampoco como es obvio puede permitirse el lujo de no planificar o estudiar debidamente cada caso, porque nos va nuestro futuro en ello. En consecuencia, el valor de mercado que ofrece un profesional inmobiliario no es la media aritmética de la oferta en venta en el barrio, ni siquiera del valor a efectos hipotecarios que sentencia un tasador. El valor de mercado es el resultado de un profundo análisis de las características relevantes de cada vivienda, de la competencia similar en venta, del interés o necesidad concreta del vendedor y todo ello sin olvidarnos del otro actor imprescindible, el comprador, con su determinada motivación de compra, su capacidad adquisitiva, sus alternativas, etc.
Vivimos en la época del libre mercado, por tanto no seré tan necio de afirmar que para comprar o vender sólo existe una única vía. El utilizar utilizar el canal profesional es una difícil decisión, porque tienes que confiar en un tercero durante algún tiempo, pero si existen expertos asesores en temas fiscales, financieros, legales, etc. que seguro hacen una labor encomiable y valorable, el mediador profesional inmobiliario no es desde luego una excepción.