Ya comenzó septiembre y, con él, la vuelta a la rutina después del paréntesis estival. Hayas tenido más o menos vacaciones, sin duda el verano te anestesia en algunas cosas pero te da tiempo a pensar en lo que tienes y planificar lo que está por venir. Y no se trata de incidir más aquí en lo que ya sabemos: que llevamos 4 años de crisis inmobiliaria y que 2011 ha supuesto una recaída del enfermo que convalecía a finales de 2010. Más allá de las estadísticas y noticias de coyuntura económica que no dejamos de recibir, está lo que percibimos en nuestra realidad cotidiana que, me atrevo a decir, es lo que más valor tiene en la consecución de nuestro objetivo personal. Lo que nos debe preocupar es lo que pasa a nuestro alrededor, lo que vemos cada día, lo que nos afecta más directamente personal o profesionalmente. Y debemos pensar en ello con cierta altura de miras.