Son tiempos dífíciles para vender una casa, eso lo sabe casi todo el mundo, aunque no por ello dejamos de cometer errores «de bulto» cuando nos llega el momento. Hoy día es casi misión imposible vender tu vivienda a no ser que hiles muy fino en aspectos como el precio de salida y el tiempo disponible para vender, pero ahí no se acaba todo si no que más bien es donde empieza.

Cuando ponemos la casa en venta debemos hacer un paréntesis en nuestra rutina diaria, porque no es posible que dediquemos más tiempo y neuronas a preparar un puente vacacional que la venta de nuestra casa. Pretendemos que se venda sola: pongo el cartel, el anuncio en internet, un precio medio según la oferta y la enseño con la mejor voluntad...y eso como que ya no, de nada servirá porque la demanda es escasa, está escéptica y normalmente tiene demasiado donde elegir, así que elije lo que le gusta de verdad.

Si queremos realmente «vender» nuestra casa, justo debemos empezar por eso mismo. Hay que poner encima de la mesa sus defectos y sus virtudes y prepararnos para el «show»: iluminarla, ordenarla, ventilarla, despejarla y «neutralizarla», perdonarme el «palabro» pero quiero decir que no valen decoraciones «góticas», ni ese sillón-relax que se come medio salón o ese ficus gigante que desde el vestíbulo se come al visitante.

Durante el período de venta, que nunca debería ser superior a seis meses, la vivienda deja en parte de ser nuestro hogar para empezar a ser un «producto» que hay que vender. Por tanto, pongámonos en faena.

En nuevo milenio inmobiliaria, hemos iniciado un nuevo servicio especial de preparación o «puesta en escena» de la vivienda (basado en el concepto americano de Home Staging), que será especialmente útil para destacarte por encima de la mayoría de tu competencia. Porque hoy ya no se vende la vivienda más barata, se vende la más competitiva y la que mejor precio-producto ofrece, en definitiva, la más atractiva.